septiembre 27, 2025

Ecovisión – Revista de Economía y Negocios

Revista de Economia y Negocios

Tecnoestrés y su relación con el contexto COVID-19

Artículo escrito por Sharon Nahomi Abanto Calvanapón

nahomi.abanto@gmail.com

La incorporación de las nuevas tecnologías en la forma de vivir -y trabajar- en la sociedad, ha tenido ciertas repercusiones, cuyos efectos pueden dividirse en: positivos y negativos. Con respecto a los primeros, se sabe que el aumento de utilizar las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), contribuyen con el aumento de la eficiencia en las diversas actividades que las empresas llevan a cabo para alcanzar sus objetivos, como, por ejemplo: el uso de análisis de datos, correos, los smartphones, y claro, el empleo indiscutible de las redes sociales que son indispensables para seguir presentes en la memoria de los clientes. Sin embargo, aunque este escenario se preste para interpretaciones que no pueden pasar de la pared de “todo va bien”, el hecho de que estén constantemente en el ambiente laboral, aturde, y es ahí, cuando el tecnoestrés surge.

Ahora bien, ¿a qué nos referimos con tecnoestrés? Según Salanovia (2003), es el estrés derivado de aquella introducción de nuevos recursos tecnológicos en el trabajo, debido a que, las TIC tienen la posibilidad de volverse un factor estresor adicional, generando así, una sensación de desagrado. No obstante, el mundo globalizado en el que nos encontramos y el ecosistema digital que cada vez va expandiéndose, demandan que los recursos de tecnología y comunicación puedan ser manejados, y ahora más, cuando el teletrabajo se ha magnificado por las medidas de distanciamiento social a causa de la pandemia y que, se pronostica seguirá siendo así hasta el mes de julio. Inclusive, algunas empresas pretenden que esa modalidad perdure. Este nuevo panorama, suele ser complejo, ya que ahora se deberá convivir con las tareas del trabajo y del hogar de manera conjunta, lo cual ocasionaría malestares en los colaboradores, comprometiendo su nivel de productividad haciendo que disminuya; además, la aparición de problemas de salud podría estar al asecho.

Se sabe que la tecnología y su constante innovación, no puede ser tratada indiferentemente, porque, su contribución con el aumento de eficiencia y eficacia en las empresas es un cimiento relevante para la construcción de su continuidad. Dado ello, se debe tener en cuenta que, si no se posee un plan de manejo y control de ellas, va a ser complicado sobrellevar esta nueva realidad, y es así, cómo la creación de soluciones debe estar habitando por el pensamiento tanto de empleadores como colaboradores. Los primeros, tienen la obligación de dejar que descansen de la conectividad, darles un momento de desintoxicación digital, no agobiarlos con gran cantidad de tareas, que sobrepasen la línea entre lo laboral y personal; también, podrían realizar charlas que motiven su actitud y los incentive a mejorar su desempeño, y, sobre todo, brindarles la confianza de que, si alguna vez las tareas se extienden, puedan ir a quejarse y proteger su integridad. Por otro lado, el personal, puede comenzar a desarrollar el optimismo, leyendo libros que traten de ello, escuchando podcasts, viendo vídeos o, encontrar la armonía por medio del ejercicio y tiempo en familia.

Concluyendo, el poner en práctica estas iniciativas, hará de que aquellas debilidades que determinamos, puedan ser superadas; y solucionar los problemas que tanto agobian al mundo profesional, y con ello, reconocer las herramientas que ayuden a poder sobrellevar esta “nueva normalidad”.

Bibliografía

Salanovia Soria, M. (2003). Trabajando con tecnologías y afrontando el tecnoestrés: el rol de las creencias de eficacia. Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/2313/231318057001.pdf

Copyright © Todos los derechos reservados. | Newsphere por AF themes.